miércoles, 11 de diciembre de 2019

Asia, por fin

Suvarnabhumi, el aeropuerto internacional de Bangkok, está ubicado en Ratchathewi, a unos veinticinco kilómetros del centro de la ciudad. Supo luego, por uno de los chicos que le indicaría, como un guía, que el nombre significaba algo como «La tierra dorada». De allí partió en un auto al hotel que había contratado por toda la semana. Había elegido, por recomendación de Santino, estos lugares. Quería pisarlos, sentirlos, entender que todo lo que había decidido desde hacía tres años lo seguía tapando dentro de su familia, especialmente con Marina y, definitivamente, con Anahí.




Aquí estaba. Tailandia, Laos, Vietnam, Camboya, Malasia y Singapur lo esperaban como un regalo de estudios, que había postergado mucho, de parte de su papá y de su mamá. Este viaje era definitivo para tomar un giro en su vida que lo marcaría para siempre. Benjamín era corto de palabras, pero había sido contundente: «Encontrate, amigo. Encontrate». Guni y Luli respetaban su falta de decisión. Sin embargo, ambas le habían dicho que, para lo que decidiera hacer, contaría con el apoyo de ellas. Le habían remarcado que, decidiera lo que decidiera y, sobre todo, que si se visibilizaba como gay o lo que deseara ser, ellas estarían siempre a su lado, y que, seguro, en algún momento, su familia terminaría por aceptarlo. Emprendía ese viaje porque Leopoldo lo había cortado y ya estaba de novio, y convivía, desde hacía unos meses en Salta. Sentía que pisar los lugares que había transitado Santino lo acercarían mucho más a él, ahora que no podía tocarlo nunca más. Era su tiempo a solas y para despojarse de su egomanía de ser el centro de atención.
Dejó las cosas en la habitación, salió otra vez y, antes de comenzar a caminar desde el hotel hasta la feria de comidas, decidió escribir, por sugerencia de Rous, una especie de diario de sensaciones, para que luego «te refuerce, cuando hagas el largo vuelo de regreso, si tenés alguna duda de quién sos y de lo que querés ser». Se puso una gorra, los anteojos negros, y caminó.

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