jueves, 12 de diciembre de 2019

Identidad autopercibida, género y lenguaje

Es una batalla cultural que hay que dar para que no ocurran textos como este…

–¿Cuál…? Ah… sí.

El cadáver de un travesti peruano, salvajemente golpeado,
de 26 años, apareció tirado sobre la ruta, en la localidad de Temperley. 


Y es una mujer trans, no “un travesti”.

–En todo caso es una travesti.




–El texto habla de un travesti peruano, en género masculino, cuando la persona asesinada es una persona trans o una travesti, y cuya identidad autopercibida era femenina, lo que viola la Ley de Identidad de Género. La misma situación ocurrió unos meses después con un caso donde condenaron a una mujer trans, pero la nombraron como varón. Desconoció su identidad trans, lo que en verdad son circunstancias que debería atenuar la condena por ser parte de grupos vulnerados por la discriminación y por la violencia institucional.Y aunque la ley tenga nada de tiempo en vigencia.

–Se habla tanto de identidad autopercibida y no reflexionamos sobre todo lo que no se percibe porque está naturalizado de tal manera que resulta, quizás hasta cómodo, mantenerlo de ese modo. Es natural decir “todos estamos presentes” cuando hay mayoría de varones, pero a nadie se le ocurriría decir “todas estamos presentes” cuando la mayoría fueran mujeres. –Sí, Ale, esto es un poco lo que digo de nuevas formas para considerar un lenguaje inclusivo, no sexista y empezar a eliminar cada grano de pus machista que lo sostiene como canal necesario para lograr esa batalla cultural que gane en igualdad real.

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