domingo, 8 de diciembre de 2019

Fede escribe sobre un grupo de lesbianas

—Lo que importa es el camino, amiga —le estampó Gertrud, como el beso que Gabi le había dado a una tímida Marianela, que se había sonrojado un poco y se había rendido a las sonrisas cómplices de las chicas. Esa tarde, en la provincia de Misiones, Gabi la invitó a caminar a orillas del río. «El mío violeta, tu amor es lila y a orillas de este río ya nos dimos la vida», le cantó al oído. Luego, debajo de un sauce, tomaron unos mates, y se mezclaron sus labios al compás de sus lenguas y del pasar de sus salivas y de las aguas en torno a la ciudad de Posadas. Esa noche se animaron un poco más. 



(...)


Se animaron ese poco más y se entregaron los cuerpos, aunque la pasión de esos días de encuentros militantes y de intercambios de experiencias daría paso a un frío, aunque insignificante, final: «Creo que ya fue. Podemos ser amigas», le contó Luli a Fede que una le dijo a la otra.

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