Vivir la chispa del camino entre la nave oscura de antes de nacer y la nave oscura de la muerte, con sensibilidad, con una sonrisa y con pasión. Cierta tristeza y agonía. Comenzó a sonar la suite de cello preludio de Bach. Marcó todo lo que tenía que asumir al regresar. Regresar. Dejar la careta. Y la doble vida. ¿Cómo escribirle a ella todo lo que me envuelve, lo que no será, pero será finalmente para mí?
Hay mucho detalle que no se puede expresar en palabras. Me vine siendo uno y me vuelvo siendo otro. Y los detalles no puedo transferirlos al papel, aunque vos, Beggarbeach, me entenderás. Se viven. Los viví. Los entendí. Ahora a sintonizar con el regreso.
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