jueves, 12 de diciembre de 2019

Fede y Ale se animaron a más

Ale fue directo y le dijo que se moría por besarlo. Fede le respondió lo mismo, pero que asistía con frecuencia a ese bar y prefería esperar a otro lugar.


–Bueno, vamos a un telo, ¿querés?

–¿Dónde?




La franela comenzó en el ascensor. Se tocaron los bultos, que ya estaban duros, y caminaron unos seis metros por un pasillo hasta la habitación. .

(…)

Recorrió el cuerpo de Ale. Beso mucho sus labios y su cuello, le pasó su lengua en ambas tetillas, a la par que lo mordía y notaba como Ale se encendía. .

(…)

Se aventuró por casi cuarenta minutos a meterle la lengua, pasarle los labios, morderle los cachetes, escupirlo y besarlo, lo que supuso estaba haciendo bien, ya que los jadeos de Ale indicaban un goce profundo.

–¿Cuarenta minutos? ¡Dejate de joder! –soltó Rous, la mañana siguiente…

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