martes, 3 de diciembre de 2019

Fede y Matías rememoran cosas

 —¿Y qué fue eso?

—Vos… el parque… ese mate con yuyos que me diste.

—¿Pensaste que iba venir?

—No. Pensé que ese momento me hacía bien.

(...)


—Acá pensás a full todo el tiempo. Tiempo es lo que sobra. Era encontrar algo lindo, y eso lindo eras vos. No es que sea como vos y, después de lo del otro día, ya no sé ni lo que soy ni lo que pensás. (...) Pero sé que había algo en vos, distinto. Yo lo que quería decirte era «Gracias», pero decirte gracias era algo que no ibas a entender. Uno en esos momentos de soledad, de angustia, cuando estás al palo con la oscuridad, con una almohada a la que te abrazás, una faca cerca, porque puede pasarte cualquier cosa en cualquier momento… ¿Qué te decía…? Me perdí.

—Hablabas de las gracias que no hace falta que me des.

—Yo pensaba: ese pibe es bueno, y yo lo hubiera bardeado. Una vez te vi con un amigo y me dio bronca. Me miraban. Yo los miré y me dio cosa. Y un día te crucé; vos venías solo y, un poco antes de cruzarte, le dije a mi amigo: «Me vuelve a mirar y lo cago a trompadas».

—Vos decís que podés ser…

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